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Atentados en París, Michel Houellebecq: "Yo acuso a Hollande y defiendo a los franceses”

Michel Houellebecq. Foto DR.
El intelectual e escritor francés, autor de varios libros, entre ellas Les particules élementaires, Plateforme. y su más reciente obra Soumission; denuncio a los responsables que hicieron posible los atentados terrorista en París el viernes 13 noviembre 2015.

Su mensaje va directo a las políticas exteriores de la Francia. También lo dice claramente que François Hollande es un "insignificante oportunista" y que el actual Primer Ministro es un "retrasado congénito" que no saldrán con "honores" por sus actos. El texto de Michel Houellebecq fue publicado en el medio italiano Corriere Della Sera.

Muchos medios franceses hicieron eco de lo que dice Houellebecq solo con algunos extractos del texto del escritor. Sin embargo, gracias a Medias Presse, que publicó el texto integral en francés y que amablemente autorizó su traducción integral para el portal Logophilo.

A continuación el texto completo del “yo acuso a Hollande y defiendo a los franceses” de Michel Houellebecq:
Tras los atentados del 07 de enero, pasé dos días pegados frente a las noticias de la televisión, sin poder apartar la mirada. Tras los atentados del 13 de noviembre, creo que ni siquiera prendí la televisión. Solo me limité a llamar a los amigos y conocidos que viven en las zonas afectadas (se trata de muchas personas). Uno se acostumbra, incluso a los ataques. En 1986, París fue el blanco de una serie de ataques con bombas en diversos lugares públicos (se trataba del Hezbollah libanés, yo creo, en esa época reivindicaba la responsabilidad).

Hubo cuatro o cinco ataques, en intervalo de algunos días, a veces de una semana, no me acuerdo bien. Pero recuerdo muy bien lo que era la atmósfera que respiramos, en el metro, los siguientes días. El silencio en los pasillos subterráneos fue total, y los pasajeros cruzaban miradas llenos de desconfianza. Eso, la primera semana. Después, muy rápidamente, las conversaciones se reanudaron y la atmósfera volvió a la normalidad. La idea de una explosión inminente permaneció en el aire, pesaba en la mente de todos, pero ella había pasado a un segundo plano. Uno se acostumbra, incluso a los ataques. Francia va a resistir. Los franceses sabrán resistir, incluso sin alardear un heroísmo excepcional, incluso sin necesidad de un "ruido" colectivo de arrogancia nacional.
Ellos resistirán porque no podemos hacer otra cosa, y porque nos habituamos a todo. Y ninguna emoción humana, incluso el miedo, es fuerte la hábito. Keep calm and carry out. Mantener la calma y mantenerse firme. De acuerdo, haremos realmente así (aunque, por desgracia, no tenemos a Churchill para gobernar el país). Contrariamente a lo que se cree, los franceses son más dóciles y fácilmente se dejan gobernar, pero eso no quiere decir que son unos completos imbéciles. Su principal defecto podría definirse una suerte de superficialidad inclinado a olvidar, y esto significa que hay que refrescar la memoria periódicamente. La deplorable situación en la que nos encontramos es atribuirle responsabilidades políticas precisas; y estas responsabilidades políticas deberán, tarde o temprano, ser examinados. Es muy poco probable que el insignificante oportunista que ocupa la silla presidencial [François Hollande, ndt], tal como el retrasado congénito que ocupa el cargo de Primer Ministro [Manuel Valls, ndt], por no mencionar los "tenores de la oposición" (LOL), salgan con los honores de este examen.

¿Quién decidió recortes presupuestarios en las fuerzas policiales, hasta reducirlos a la exasperación, haciéndolos prácticamente incapaz de llevar a cabo sus misiones? ¿Quién enseñó durante muchos años, que las fronteras son una vieja absurdidad, símbolo de un nacionalismo anticuado y nauseabundo? Obviamente, estas responsabilidades fueron ampliamente compartidas. ¿Qué líderes políticos han metido en situación difícil a la Francia en las operaciones absurdas y costosas, donde el resultado principal fue volcar en el caos primero Irak luego Libia? Y ¿Qué gobiernos estaban cerca, hasta hace poco, a hacer lo mismo en Siria? (Se me olvidó, es cierto que no fuimos a Irak, no en la segunda vez, pero por pocos, y parece casi seguro que Dominique de Villepin pasará a la historia sólo por eso, que no es poco: haber impedido que Francia, por una vez, la sola y única vez en su historia reciente, participar en una intervención militar criminal – y además idiota).

La conclusión ineludible es desgraciadamente muy grave: los gobiernos que se sucedieron en el curso de los diez ¿Veinte? ¿Treinta? últimos años lamentablemente han fracasado, sistemáticamente, torpemente en su misión fundamental, es decir, la proteger al pueblo francés confiado a su responsabilidad.
La población, por su parte, no ha faltado en nada. En el fondo, no se sabe exactamente lo que piensa la población, ya que los sucesivos gobiernos se han cuidado muy bien de hacer un referéndum (excepto uno, en el 2005, pero ellos prefirieron ignorar el resultado). Las encuestas de opinión, sin embargo, todavía están permitidos y - por lo que valen - revela más o menos lo siguiente: la población francesa siempre ha mantenido la fe y la solidaridad con la armada y las fuerzas policiales; ella acogió con desprecio el discurso de la "izquierda moral" (¿moral?) sobre la acogida de refugiados y migrantes y ella nunca ha aceptado sin desconfianza las aventuras militares extranjeras en las que sus gobernantes han arrastrado.

Se podrían multiplicar al infinito los ejemplos de la fractura, hoy en día abismal, que ha surgido entre los ciudadanos y aquellos que deberían representarlos. El descrédito que hoy golpea en Francia la totalidad de la clase política no sólo es generalizada, sino también legítimo. Y me parece que la única solución que nos queda sería aquella de dirigirse lentamente hacia la única forma de democracia real, yo entiendo por esto, la democracia directa.
© Houellebecq

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